La presencia del árbol no es un simple telón verde: es un actor principal que atraviesa las transparencias, se proyecta en la profundidad de cada estancia y activa las perspectivas interiores, dotando a la casa de una atmósfera viva y cambiante.
El programa más íntimo convive así con el área común mediante umbrales que matizan sonidos, luces y relaciones.
En los ámbitos privados, el microcemento prolonga la neutralidad del conjunto, permitiendo que la piedra marmoleada emerja con carácter propio en baños y zonas de descanso.
Bajo la sombra cambiante de un Platanus hispánica, esta vivienda en el entorno de General Perón se transforma para una familia que encuentra en ella un verdadero hogar. El árbol, siempre presente, atraviesa transparencias y profundidades, convirtiéndose en un hilo verde que enlaza todos los espacios.
Un vaciado integral da paso a un gran núcleo central definido por roble, nogal y piedra, un espacio cálido y luminoso que articula la vida familiar e incorpora rincones íntimos para los más pequeños. Tres dormitorios en suite se vinculan al salón-cocina mediante puertas de nogal que modulan la privacidad y la profundidad del conjunto.
El microcemento aporta continuidad en las zonas privadas, mientras la piedra marmoleada acentúa su carácter. La reforma propone un modelo doméstico donde un gran espacio central, activado por la presencia del árbol, se despliega en unidades privadas precisas donde la materialidad se convierte en el verdadero hilo conductor de la identidad del hogar.